miércoles, 15 de junio de 2011

The Room (2003)


The Room es una de esas películas que entra dentro del elenco de películas de culto. Películas de culto malas. Por aquí ya han pasado unas cuantas como Troll 2 o Manos: The hands of fate. Lo tiene todo: una historia sin sentido, actuaciones de teatro de barrio, frases delirantes y una intrahistoria llena de anécdotas.

Partamos por el director, escritor, productor y productor ejecutivo: Tommy Wiseau. Maestro, genio o incomprendido. Un aura de misterio rodea este peculiar personaje. Aquí tenéis una entrevista que vale la pena leer por las demenciales respuestas que va soltando, entre ellas que es un actor profesional de teatro (manda huevos). Para financiar su obra se dedicó a importar chaquetas de cuero a Estados Unidos desde Corea (?). Que no se diga que no tiene ingenio el chaval. Lo que no explica es desde cual de las dos Coreas. Otra cosa que llama la atención es su peculiar acento eslavo.

La siguiente escena es épica. Como comentó alguien en Youtube parece una escena de un RPG cualquiera en el que intentas que la escena se suceda rápidamente y toqueteas los botones como un loco.


El argumento es sencillo pero a la par confuso como suele ocurrir en esta clase de producciones. Johnny (Tommy Wiseau) es un banquero de éxito quien está muy enamorado de su novia Lisa. Sin embargo no todo podía ser felicidad, a pesar de tener buenos amigos y ser el mentor de un retrasado mental llamado Denny (la crítica no se pone de acuerdo si es retrasado o el actor interpreta a un menor de edad), es victima de una traición por parte su mejor amigo Mark y de Lisa. Mantienen una relación sentimental a escondidas.

Por el medio deambulan otros personajes secundarios como la madre de Lisa quien tiene un cáncer de pecho y a su hija se la trae al pairo. La escena es genial porque la emoción con que recibe tan devastadora noticia se equipara a que le dijera que ha perdido las llaves del coche. Otra cosa llamativa es lo obsesionada que está la señora con que Lisa se case con Johnny, prácticamente insiste en lo mismo en cada escena en la que asoma el careto.

La capacidad interpretativa de Tommy es sobrehumana. Atención al fondo azul de mentirijilla. En esta escena tal vez no se aprecie del todo.

Las escenas sin sentido se suceden como cuando aparecen los amigos de Johnny vestidos de esmoquin pero por alguna razón se van a un callejón a lanzarse una pelota de fútbol americano a dos metros de distancia. Sospecho que no tenía contratado un seguro y temían que algún actor se lastimara. Bueno, esta escena no sería tan extraña si no fuera por el hecho de que no lleva a ninguna parte. Pero literalmente ya que no sabemos muy bien de donde vienen ni que hacen después.

Esta escena tiene la mítica frase que pasará a los anales del séptimo arte junto a "Luke, yo soy tu padre."

A lo contrario que en otras ocasiones, no voy a destriparla porque creo que merece la pena verla. La frase "Es tan mala que es buena" cobra un nuevo sentido con The Room y aunque Tommy mantenga que es una comedia algunas voces anónimas de la producción afirman que desde el principio se rodó como un drama.

El número de errores de continuidad pasará a la historia. Uno de los mejores es cuando un personaje que no había aparecido nunca descubre que Lisa y Mark están engañando a Johnny y les suelta un discursito. La explicación es sencilla, Tommy largó a muchísima gente del rodaje y más gente abandonó por lo que las líneas que tenía que decir un actor que sale al principio las tuvo que decir éste.

Mención aparte merece una de las peores actuaciones que he visto en mi vida. Ocurre cuando Johnny llega a casa y recoge un periódico del suelo. ¡En que universo paralelo se puede actuar mal a la hora de recoger un puñetero periódico del suelo! Pues de alguna forma Tommy Wiseau es capaz de hacerlo ganándose instantáneamente toda mi admiración.

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