jueves, 1 de mayo de 2008

En las butacas de la percepción

Ayer murió Albert Hofmann, descubridor del LSD. El día 19 de abril de 1943 será recordado porque tomó 250 microgramos de esta sustancia y más tarde, mientras montaba en su bicicleta tuvo algo más que un “viaje”. El mundo del cine no es extraño a esta droga (en general a ninguna) y tenemos grandes ejemplos de películas en donde las drogas se convierten en el tema central de la trama. Trainspotting o Requiem por un sueño son ejemplos recientes. Tenemos otro ejemplo en Alguien voló sobre el nido del cuco, ganadora de un Oscar. Película basada en la novela homónima de Ken Kesey, gurú y líder del núcleo duro del movimiento hippie. Recomiendo el libro de Tom Wolfe de Ponche de ácido lisérgico, donde narra las peripecias de Kesey y su pandilla de bromistas. Es famosa también, la escena de Easy Rider en la que Peter Fonda se encuentra en los brazos de una estatua en un cementerio y llora mientras le pregunta a su madre porqué se ha suicidado. En esta escena el actor estaba realmente bajo los efectos del alucinógeno y de hecho tuvo una bronca monumental con Dennis Hopper porque éste la incluyó en el montaje final en contra del deseo del actor.

¿Y Vincent Price? Por supuesto. En El Escalofrío experimenta con esta droga para sentir él mismo el miedo extremo. Y de hecho se el puede ver leyendo un libro sobre la droga. A pesar de que Ortodoxo Clexer crea que es un bodrio de película, a mí me ha gustado la escena del cine donde se hace interactuar al público con la película. La verdad es que me pareció muy ingenioso y me imagino que en aquellos años el público se tuvo que cagar en las butacas.

Aquí les dejo un video de Vincent Price en El Escalofrío:



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